Listo el pollo!

Pues si... aquí sigo, y mi cabeza dando más vueltas que trompo e´carajito!

22.1.07

Qué stress cuando ya sabes -de antemano- que digas lo que digas, hagas lo que hagas, pienses lo que pienses... o sientas lo que sientas, nada cambiará Xs situación.


Estaba llegando a tu casa, las manos me sudaban y de repente ese umbral donde tantas veces me sentí gigante se me hacía impenetrable, infinito, grandísimo -mi seguridad se me puso pequeñita-. Buscaba en mi mente un espacio empolvado y lleno de telarañas que hacía mucho no usaba, esa esquinita del sentido común, buscando quizás razones que me excusaran para no enfrentarte, buscando con toda seguridad mi seguridad microscópica e invisible -grabando en mi mente cada segundo para escribirlo... difícil la terapia!, pero nada es fácil cuando sabes que te va a doler-

Sin darme cuenta y más que todo por inercia absoluta tocaba el timbre compulsivamente, subconcientemente para que tú también te dieras cuenta de que ésta sería la última vez que hablaría de esto contigo, la última vez que sería sincera, la última vez que sería vulnerable y si corría con suerte... la última vez que vería tu carita ¿¿la última vez?? (y escribiendo sigue doliendo) - sin caer en el tema de tu sonrisa por favor! prometo no describir tu rostro de nuevo, tu carita mirándome... Ya!-

Abriste la puerta, sin mirarme me dejaste entrar, sin hablarme me hiciste sentarme, estaba yo sola solita y tu que estabas sentado al otro extremo de la sala. Tratando de explicarme lo mejor que pude.

Tenía planeado lo que te iba a decir, paso a paso, frase por frase. Tenía planeada cada oración envenenada para ti, cada frasecita que te dolería, quería lastimarte lo más que se pudiera, la mayor cantidad de odio que fuera posible, que mis frases golpearan tu cabecita penetrando cada hueso hasta fisurarlo, quería quebrarte todo si hubiese sido posible, quería matarte lentamente y que me vieras sonreír mientras mi ira iba destruyendo poco a poco lo que quedaba de ti... No sólo por el placer culposo que me habría generado tu dolor; más allá de eso, era sólo por la mera curiosidad de saber si así podría hacerte saborear un sorbito del dolor que me estabas provocando - sólo quería devolver el favor recibido- era por una buena causa... era por mi.

Me degusté ese saborcito de una satisfacción efímera, acompañada de culpa y más satisfacción y más satisfacción... Rapidíto y suavecito...
No duró mucho esa satisfacción...

Shit!!!!!

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio